El dolor y el duelo en los cuidados paliativos de un niño son muy complejos. Tanto los cuidadores como los propios niños experimentan el dolor y el sufrimiento de la pérdida, por lo que todos deben tratarse de manera eficaz. Un manejo inadecuado de esta etapa en la vida de un niño o sus familias puede ocasionar problemas psicológicos duraderos.